Fotografía: Personas se reúnen fuera de un centro médico en San Félix, estado Bolívar, para conseguir tratamiento para la malaria.
Venezuela registra el mayor incremento de casos de malaria a nivel internacional según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La malaria se está expandiendo rápidamente en Venezuela, con más de 406.000 casos en 2017, un incremento del 69% respecto del año anterior y que constituye el mayor aumento en el mundo de acuerdo a este organismo mundial.
Todo esto en medio de un país sumergido en una verdadera catástrofe económica y social, con una hiperinflación que los organismos más optimistas calculan en un 14.000% en cierre para el 2018, escasez de alimentos y medicamentos y en un quinto año de recesión, el mayor período recesivo del país en su historia con una contracción que ya se acerca al 50% del Producto Bruto Interno.
De acuerdo a la OMS, en la voz del director del programa contra la malaria, Pedro Alonso, en declaraciones en una conferencia de prensa este martes, “los casos de malaria están creciendo de una manera muy preocupante a causa de la drástica reducción de las campañas antipalúdicas que se llevan a cabo en el país". Para dicho director y especialista, Venezuela se destacó por ser el primer país en el mundo que pudo erradicar el paludismo en amplias zonas del país y que fue certificado por ello en los años 1950-60.
Oficialmente, en 2016, en el país se reportaron 245.000 casos y una muerte, mientras que la OMS estimó que, en realidad, el número de contagios ascendió al menos a 300.000 y el de decesos a 280. Para 2017, la OMS estima que, al menos, se dieron 406.000 casos, una cifra muy difícil de verificar dado que el sistema epidemiológico del país es muy precario, pero que sería cinco veces más alta que en 2013. "Ahora tenemos incrementos masivos que probablemente lleguen a medio millón de casos por año. Es el mayor incremento registrado en el mundo", denuncian los especialistas de la OMS, donde la falta de recursos y campañas ineficientes contra la malaria fueron las culpables.
En el país se viene sufriendo desde hace varios años de fuertes fallas en la vacunación de la población, y se ha descuidado en demasía la inmunización de la población por la severa crisis en el sector salud, siendo que han resurgido enfermedades como la difteria, el paludismo y el sarampión, entre otras.
El actual ministro de Salud, Luis López, informaba el pasado miércoles 11 de abril que se registraban cerca de 175.000 casos de malaria en el estado Bolívar, casi la octava parte de la población de esta entidad federal. Pero se trata de números opacos, ya que siguen sin revelarse los datos del conjunto de epidemias que han resurgido en medio de la brutal crisis económica donde es el pueblo trabajador y pobre el que sufre las calamidades.
El ministro declaraba, luego de casi un año de no haber ningún tipo de reporte oficial y de que en mayo del 2017, el gobierno de Maduro destituyera a la entonces ministra de Salud, Antonieta Caporale, horas después de que ella empezara a difundir los reportes epidemiológicos en la página web del Ministerio para la Salud que desde hace varios años no eran publicados por el gobierno, buscando ocultar los números que al menos el organismo oficial llevaba contabilizados.
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El pasado martes 17 de abril trabajadores de la salud protestaron en los distintos hospitales del país, fundamentalmente en Caracas, exigiendo al gobierno una solución a la crisis que se enfrenta en todo el área de la salud a nivel nacional además de insumos médicos, mejoras en las condiciones salariales y mejoras en los recintos de salud.
Es que la situación de la salud del pueblo se ha degrado aceleradamente en los últimos años junto a la prolongada y profunda crisis económica y una crónica escasez de alimentos y medicinas. El gobierno de Maduro se ha venido cuidando de no hacer públicos datos oficiales sobre la salud, tal como lo hace con otros indicadores como los económicos, buscando ocultar de esta manera la cruda y alarmante realidad que vive el país, donde los trabajadores y los sectores populares son los más afectados.
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El gobierno de Maduro ha llevado al sistema de salud a una situación deplorable y realmente catastrófica, tanto en condiciones de infraestructura, insumos, escasez de medicinas y miserables salarios para los médicos, enfermeras, personal profesional, trabajadores y obreros, y aumento acelerado de epidemias que se consideraban erradicadas. Esto aunado a que la brutal crisis está llevando a niveles de subalimentación de nuestro pueblo, centralmente el trabajador y pobre.
De acuerdo a un informe de octubre del año pasado de la FAO y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) , Venezuela fue el país del continente que experimentó la mayor alza en subalimentación, al aportar 1,3 millón de los 1,5 millón de nuevas personas con hambre en América Latina entre 2014 y 2016 respecto del bienio previo, quedando entre los seis países que aumentaron la proporción de personas subalimentadas. Pero estos números se han incrementado aceleradamente en estos últimos dos años. Actualmente se desconocen cifras oficiales por parte del gobierno debido al hermetismo institucional que desde hace años vienen tratando de ocultar a la población.
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Es que el gobierno, en medio de la catástrofe económica que vive el país, ha preferido pagar miles de millones de deuda externa a los acreedores internacionales en vez de responder a las necesidades del pueblo. Como declara Albert Sánchez, militante de la LTS y obrero de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor): “Sencillamente nos están condenando a los trabajadores y el pueblo pobre a sufrir cualquier cantidad de calamidades por alimentar la usura de un puñado de acreedores del capital financiero internacional. El gobierno ha tomado la decisión consciente de garantizar los dólares para el pago puntual y sin falta a estos usureros mientras se han reducido drásticamente los dólares para la importación de alimentación y medicinas”.
Agregando que “es reaccionario hasta la médula lo que hace hoy el gobierno, estamos viviendo una tragedia social en la que franjas enteras del pueblo literalmente pasan hambre, y se muere gente por falta de medicinas o una operación, y sin embargo Maduro y la casta cívico-militar que gobierna optan por desviar enormes cantidades de dólares para unos buitres que viven a costillas de las necesidades de los pueblos”.
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